martes 25 de junio de 2024 - Edición Nº1836

Sector Inmobiliario | 28 sep 2022

Kavanagh: el gigante de hormigón con forma de barco que guarda misterios y se mantiene como una joya de la arquitectura porteña

El icónico edificio de Retiro inaugurado en 1936 fue multi premiado y siempre atrae la mirada de quienes transitan por sus inmediaciones. Una obra que jerarquiza el patrimonio histórico y que con 120 metros de altura llegó a ser el edificio más alto de la ciudad


Frente a la Plaza San Martín se inauguró en 1936 el Kavanagh, que en su época fue el edificio de concreto más alto de Sudamérica y el primero en la Argentina en contar con aire acondicionado central. Se trata de una construcción icónica que es parte del patrimonio arquitectónico e histórico de Buenos Aires y un fiel custodio del barrio de Retiro.

Su edificación dio sus primeros pasos el 16 de abril de 1934 y se culminó en sólo 14 meses, impulsada por la aristocrática y estanciera Corina Kavanagh -quién le da nombre al pasaje que divide al edificio del anexo Hotel Plaza- con los trabajos conjuntos de la empresa constructora del ingeniero Rodolfo Cervini y con el sello del estudio de los arquitectos Gregorio Sánchez (oriundo de Uruguay), Ernesto Lagos y Luis de la Torre, distinguido por su estructura edilicia moderna como patrimonio de la UNESCO en 1999. También en ese año fue declarado Monumento Histórico Nacional.

Ubicado sobre Florida 1065 el inmueble combina lo racionalista con el Art Decó, y tiene rasgos propios que lo identifican sobre el resto de otros edificios. Tiene 90 kilómetros de tuberías en su interior, algo fenomenal.

Es uno de los edificios más emblemáticos de Buenos Aires, y tiene detalles casi inigualables con forma de barco. A poco de levantarse y por varios años con 120 metros de altura fue el edificio más elevado de la ciudad. En ese entonces demandó una inversión de 3.617.696 de pesos moneda nacional.

La obra se hizo en tiempo récord para la tecnología de la década del ´30, sin embargo, la estructura de hormigón armado -de 1.600 kilómetros de barras de acero-, trepó a su altura máxima a los 6 meses de su inicio. El mismo año de su concreción, el edificio recibió el Premio Municipal de Casa Colectiva y de Fachada, y posteriormente una distinción por parte del American Institute of Architects. Además, comparte un galardón, de la Sociedad de Ingenieros de los Estados Unidos, con la Torre Eiffel, la Represa de Assuan y el Canal de Panamá por sus características técnicas.

Cuenta con 28.000 metros cuadrados de superficie edificada en sus 31 pisos a los que se accede por 5 escaleras y 12 ascensores. Hay 103 departamentos y 10 locales en planta baja. Fue pionero por ejemplo en la colocación de aire centralizado, una pileta y un sistema telefónico central. No tiene cocheras ni portero eléctrico, y a pesar de la cantidad de departamentos, todas las personas invitadas deben anunciarse en recepción.

“Seduce mucho, y hasta los taxistas cuando traen a alguien hasta el lugar dicen vamos hasta el KavanaghUna rareza es que tanto los propietarios como inquilinos no tienen llaves. Dispone de vigilancia las 24 horas y conserjería”, dijo Cecilia Baccello, especialista del mercado inmobiliario.

Datos que sorprenden

El Kavanagh es centro de atracción tanto para quienes transiten cerca y lo aprecien a simple vista como también por sus datos curiosos y misterios que encierra.

Mariela Blanco, periodista y autora de Leyendas de ladrillos y adoquines, dijo que: “La mansarda o tejado francés (que debe su nombre al arquitecto parisino François Mansart, que falleció en París en el siglo XVII) es, de por sí, un elemento decorativo en Buenos Aires porque su función original en Europa era que la nieve se deslice de los techos pero, la realidad es que en nuestra ciudad sólo nevó dos veces. Sin embargo, el remate en mansarda es un acierto porque dialoga con el conjunto. Pensemos que su estilo es muy rupturista respecto de los edificios Beaux-Arts que rodean la Plaza San Martín. Esa elección le da coherencia arquitectónica con el entorno”.

El inmueble con 31 plantas y su forma escalonada tipo Art Déco (similar a la proa de un barco) conforma terrazas jardín desde donde se visualiza la céntrica escena urbana porteña.

En el ala izquierda hay algo que desentona, según Blanco, “hay dos columnas y un balcón neoclásico que no tiene nada que ver con el resto. Esa era, precisamente, la residencia de Corina Kavanagh”.

De leyenda

Detrás del emblemático edificio que cumplió 86 años hay algunos mitos que hablan de que Corina decidió hacer semejante obra por un romance frustrado.

“Una extendida leyenda señala que este edificio se construye como una venganza arquitectónica que intenta tapar la visual entre la mansión Anchorena y la Basílica del Santísimo Sacramento que se había destinado como sepulcro de la familia. Parece ser que Mercedes Castellanos de Anchorenase habría interpuesto en una relación amorosa entre la hija de Corina y su hijo Aarón por no pertenecer a la aristocracia. Pero no puede escalar mas allá de la categoría de mito urbano ya que Mercedes muere en 1920 y el edificio Kavanagh se inaugura 16 años después. Probablemente sólo se trató de mitología urbana alimentada por la fantasía popular y reforzada por el marketing turístico pero lo cierto es que gracias a ella, el edificio es toda una celebridad dentro del gran vodevil arquitectónico de la Plaza San Martín”, dijo Blanco.

Mercedes hizo construir un magnífico palacio frente a la Plaza San Martín, hoy sede del ministerio de Relaciones Exteriores y Culto. Se lo conoció como Palacio Anchorena, y fue diseñado en 1905 por el arquitecto Alejandro Christophersen, y pudo ser inaugurado por la familia Anchorena para conmemorar el centenario de la declaración de la Independencia en 1910.

Mercado y varios departamentos en venta y alquiler

El Kavanagh no escapa a la realidad del mercado inmobiliario actual, en distintos portales y como parte del sobre stock de viviendas porteño hay más de 15 departamentos en venta y varios que se alquilan bajo el formato temporario en dólares.

Entre ellos hay uno de 283 m2, con tres dormitorios, que está en USD 990.000 y otros que salen entre casi USD 3 millones y USD 350.000 en venta. Hay mucha disparidad de valores porque hay departamentos que no llegan a los 100 m2 y otros superan los 300 m2 y hasta los 700 m2. Y los que se alquilan parte desde USD 1.500 por mes.

Todos los departamentos tienen palier privado. Con buenos metrajes y amplias dimensiones, otra particularidad la destacó Baccello, “en el Kavanagh no hay contra frente, sino laterales. Todo es frente que da a la plaza San Martín u otras calles, y los departamentos se dividen entre los que integran la Proa o Popa, por ser un inmueble estructurado con forma de barco”.

Los servicios son muy cómodos, siempre se mantienen muy bien el funcionamiento de agua y energía eléctrica. Como anécdota reciente, y ante la nueva segmentación de subsidios a los servicios de luz, gas y agua, la presidenta de Aysa, Malena Galmarini se refirió sobre algunos ejemplos, entre los que expuso a los habitantes del Kavanagh, como un edificio del poder en el que habitan ricos y famosos y donde la factura promedio de agua es de $1.950 por mes.

Algunos de los “conocidos” que tienen vivienda allí son el empresario y CEO de TechintPaolo Rocca, la ex diputada y ex embajadora de Venezuela, Alicia Castro, el periodista Joaquín Morales Solá, el destacado pianista Guillermo Klein y el abogado y analista financiero Carlos Maslatón.

Por expensas se pagan desde $28.000 a $100.000 por mes según la dimensión de cada departamento.

“Hay que pensar que en el Kavanagh hay diversidad, y nació como un edificio de rentas, por eso hay viviendas y diferentes módulos. Hay unidades con terraza verde propia, como el que perteneció a Corina Kavanagh, ubicado en el nivel 14″, amplió Baccello.

Hay departamentos que mantienen sus pisos de roble de Eslavonia originales en living y dormitorios. Y en otros se han reformado cocinas y baños con mármoles, porcelanatos y silestone en mesadas que tienen el toque moderno.

Sus paredes contienen secretos de la Belle Époque Argentina. Su impronta combina la arquitectura con algo de romanticismo, como si se viviera en otra época y esto lo convierten en un edificio único.

Fuente: Infobae

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