miércoles 24 de abril de 2024 - Edición Nº1774

Sector Inmobiliario | 23 abr 2021

RICOS Y FAMOSOS

Los multimillonarios también se mudan al campo

Madrid y Barcelona se sitúan entre las 10 mejores ciudades del mundo para invertir en casas de lujo, según la agencia Barnes


La pandemia de coronavirus ha obligado a millones de personas en todo el mundo a encerrarse por temporadas en sus casas durante el último año. Y los ultrarricos no han sido una excepción, aunque tener un patrimonio millonario sí les ha ayudado a recluirse en propiedades donde el confinamiento era más llevadero o, en caso de no disponer de una, a comprarla. ¿Qué características buscan los más pudientes del planeta para sus casas?

“Se ha observado un mayor interés por las propiedades inmobiliarias que disponen de espacios exteriores y se encuentran alejadas de los grandes centros urbanos”, responde el Barnes Global Property Handbook, una suerte de anuario en el que la agencia Barnes analiza el mercado inmobiliario del lujo.

El estudio parte de encuestas realizadas entre su selecta clientela y otros análisis del sector y se enfoca en los denominados Ultra Hight-Net-Worth Individuals. Estos, más conocidos en la jerga del lujo por las siglas UHNWI, son aquellos que poseen un patrimonio superior a los 30 millones de dólares. Y de acuerdo con las estimaciones del anuario, en 2020 también sufrieron los vaivenes de la crisis, aunque se recuperaron rápido. Si a finales de 2019 había en el mundo algo más de 290.000 ultrarricos, la cifra descendió a 238.000 con los primeros compases la pandemia, aunque en septiembre ya se volvían a contabilizar unos 280.000.

El motivo de tal oscilación no es otro que el de los sobresaltos que se llevaron los mercados mundiales, ya que una parte importante de esas fortunas, que se acercan conjuntamente a los 27 billones de euros, se encuentra invertido en Bolsas y otro tipo de activos líquidos. De hecho, solo un 6,1% del patrimonio total que tenían los más ricos (cerca de 1,8 billones de euros) eran propiedades de lujo.

Pero a la vez que veían menguar o volver a crecer sus fortunas, también se instaló en los multimillonarios el mismo cambio de mentalidad que en muchos otros ciudadanos. “Es una tendencia que podemos ver en todo el mundo ahora mismo: buscan una inversión segura, pero también un lugar seguro donde vivir con su familia”, ha explicado Thibault de Saint-Vincent, presidente mundial del grupo Barnes, durante una presentación virtual del estudio a la prensa española este jueves.

En ese contexto, ha abundado, es donde se ha abierto paso el concepto de “residencia semiprincipal”. De hecho, según una encuesta a 1.850 clientes de Barnes realizada en noviembre de 2020, nueve de cada diez dijeron que esperaban pasar más tiempo en el futuro en una segunda residencia y un 72% se mostraron de acuerdo con la idea de tener una residencia semiprincipal, es decir, una casa que normalmente se tendría por vacacional o vinculada al ocio pero se prepara pasar más tiempo en la misma y trabajar desde allí.

Eso ha dado un vuelco al índice de mejores ciudades para los ultrarricos que la agencia elabora anualmente. Si tradicionalmente este ha coincidido a grandes rasgos con los lugares en que viven más multimillonarios (Nueva York, Hong Kong, Tokio, Los Ángeles, París y Londres), en 2020 estas ciudades han quedado desplazadas por otras donde se impone la mayor calidad de vida.

La clasificación se hace con criterios financieros, prácticos (colegios, transportes…) y emocionales (cultura, restauración…) y supone un triunfo absoluto en 2020 para ciudades europeas de tamaño mediano. De hecho, Zúrich (Suiza) escala de la 30ª posición de 2019 hasta el primer puesto. La capital danesa, Copenhague, y la sueca, Estocolmo, también dan grandes saltos pasando de las posiciones 35ª y 22ª a ser segunda y quinta. Tokio es la única de las habituales que salva los muebles y permanece tercera, mientras que EE UU cuela a Miami en el cuarto lugar (27ª en 2019).

Madrid, por cierto, se cae de la décima posición lograda en el año anterior de la pandemia a la 16ª. Y Barcelona una vez más queda fuera de la clasificación de las 50 mejores ciudades del planeta para ultrarricos. En las ciudades españolas pesa un componente importante: ambas son altamente dependientes del comprador extranjero en el segmento del lujo. “Venimos de una situación complicada, pero confiamos mucho en este mercado y en la recuperación del inmobiliario en los próximos meses, según se vayan normalizando la situación internacional y la vacunación”, ha afirmado Eduardo Crisenti, socio director de Barnes Madrid.

Para esa recuperación esperada, ambas ciudades cuentan con un importante espaldarazo de la agencia inmobiliaria de superlujo. El anuario suele destacar una serie de lugares como focos interesantes para invertir y en este 2021 las dos metrópolis españolas se posicionan bien. Madrid figura en sexto lugar (tras París, Ginebra, Londres, Nueva York y Quebec) con una perspectiva de abaratamientos de los pisos en este segmento del mercado de entre un 1% y un 5% en función del barrio. Séptima aparece Barcelona, donde la perspectiva en el estudio es estable, aunque “hay negociación posible porque los vendedores van a necesitar vender para recuperar un poco de liquidez”, ha explicado Emmanuel Virgoulay, socio de Barnes Barcelona.

Una ventaja competitiva de España son los precios, que se sitúan todavía bastante lejos de las mecas mundiales del ladrillo de gama alta. El Barrio de Salamanca en Madrid, con 6.675 euros por metro cuadrado tiene los importes medios más altos, seguida de La Zagaleta (una urbanización a las afueras de Marbella), con 6.638 euros por metro cuadrado, y la zona de Turó Park en Barcelona, con 6.000 euros por metro cuadrado. Son localizaciones prohibitivas para la mayoría de la población, pero aun así alejadas de lo que se puede pagar por una casa en algunas capitales mundiales.

En Hong Kong, destaca el informe, el importe medio por operación (contando todo el residencial, no solo el de lujo) supera los 1,2 millones de dólares. La localidad alemana de Múnich es segunda con un gasto medio de un millón de dólares por casa y la ciudad Estado de Singapur es tercera (915.000 dólares).

Pero como de escapadas fuera de la ciudad va la cosa, el anuario de Barnes también señala los entornos de mar y montaña donde los ricos están buscando más activamente comprar casas. El origen francés de la agencia se hace notar en las localizaciones de playa, donde figuran entre los cinco primeros puestos la costa del País Vasco francés, la Costa Azul y la isla de San Bartolomé, en el Caribe. Completan esa clasificación los Hamptons, un clásico del lujo vacacional en la costa este de EE UU, y Forte dei Marni en la Toscana (Italia). Para los amantes de la montaña cotizan al alza las estaciones de esquí de los Alpes suizos y franceses. Pero también las de Whistler Blackcomb (Canadá), Niseko (Japón) y Jackson Hole (EE UU).

Fuente: El país

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