viernes 19 de abril de 2024 - Edición Nº1769

Construcción | 8 abr 2020

Datos oficiales

Cuarentena aporta más derrumbe en la construcción

Cayó casi 50% la actividad en marzo. Y en pleno parate, el 70% de las empresas facturaron menos en términos nominales


La actividad de la construcción es una de las más dinámicas de la economía en términos de multiplicación de empleo directo e indirecto, como ocurre con las ramas de mano de obra intensivas de la industria en general. No en vano los gobiernos suelen usar históricamente la obra pública como elemento regenerador de la actividad económica casi inmediato.

El sector es pro cíclico. Cuando hay crisis, es uno de los primeros en sufrir. Cuando la economía comienza a reactivarse, es uno de los primeros en salir. Pero la industria de la construcción en el plano doméstico lleva dos años de amesetamiento, con necesidades ya conocidas: falta incentivo a la inversión, nulos subsidios a la demanda, un déficit de más de 3 millones de viviendas y una asfixiante carga tributaria.

El sector de la construcción retrocedió 46,8%, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). El 93% de las empresas que realizan obras privadas prevé que el nivel de actividad disminuirá hasta junio inclusive, mientras que 7% estimó que no cambiará. Los que estimaron una baja del nivel de actividad durante los próximos tres meses la atribuyeron fundamentalmente a la caída de la actividad económica (35,2%), a los atrasos en la cadena de pagos (28,1%), y a otras causas (18,5%) específicamente por la emergencia sanitaria.

Entre las empresas dedicadas fundamentalmente a la obra pública, 81,2% opinó que el nivel de la actividad disminuirá hasta junio, mientras que 15,9% cree que no cambiará y 2,9%, que aumentará.

 

NUMEROS EN ROJO

Una encuesta reciente encargada por la Cámara Argentina de la Construcción, muestra que entre el 12 de marzo y el 12 de abril más del 70% de las empresas del sector facturó menos en términos nominales que en el mismo período del 2019. Estos números reflejan el pobre nivel de actividad del sector que ya lleva 24 meses consecutivos de caída, con la consecuente pérdida de más de 100.000 empleos en dicho período.

El mismo estudio indica que el 87% de las empresas encuestadas se inscribió en el Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción –ATP- (de este total, cerca del 30% pudo hacerlo a partir de la DA663/20, gestionada por la Cámara, que amplía los sujetos beneficiarios). Respecto del salario complementario, el 62% de las empresas que se inscribieron y cargaron los CBU recibieron la notificación positiva, un 34% aún no fue notificada y el 1% indicó que fue negativa. En lo relativo a la baja de las contribuciones patronales, entre las empresas inscriptas en el ATP, el 58% recibió la notificación positiva, el 31% aún no fue notificada y el 2% fue negativa.

Si bien la vuelta gradual de la obra privada en algunas provincias y el impulso de la obra pública que está dando el gobierno nacional son signos positivos, la encuesta refleja el estado de incertidumbre en el que se encuentran las empresas del sector. El 23% estima que el mercado se reactivará cuando termine el aislamiento preventivo y obligatorio; el 13% espera que ocurra 30 días después de finalizado el aislamiento; el 12% luego de los 60 días; el 14% luego de 90 días y el 37% no sabe cuándo ocurrirá.

Iván Szczech, presidente de la Cámara Argentina de la Construcción."Hoy el sector de la construcción está concentrado en tratar de obtener las mayores ayudas posibles para pagar salarios y en materia tributaria ", reconoce Iván Szczech, titular de CAMARCO.Dos años en baja

Al momento de analizar la situación del sector durante el aislamiento social obligatorio, Szczech aclara que "más allá de que la obra pública fue considerada esencial, al declararse la cuarentena se paralizó todo, porque cualquier proyecto en aquel momento necesitaba de sus proveedores, quienes estaban imposibilitados de trabajar". Con respecto a la obra privada, el titular de CAMARCO advierte que "está paralizada, a excepción de nueve provincias que reiniciaron la actividad con un ritmo muy lento" y considera que "se va a tardar mucho tiempo en volver al ritmo prepandemia. "Hoy el sector está concentrado en tratar de obtener las mayores ayudas posibles para pagar salarios y en materia tributaria", sentencia.

"Lograr un equilibrio como se está buscando entre actividad y bajo riesgo sanitario no es sencillo", analiza Ariel Venneri, Fundador MAHE Desarrollos inmobiliarios y asesor económico de negocios, "y en esta etapa que se busca una salida cuidada y gradual de la cuarentena se debe aplicar el criterio de dimensión en m2 de la obra para lograr arrancar con las obras chicas y medianas (hasta 2000 / 3000 m2 por ejemplo) que son las que menos concentración de gente presentan y las que mayor mano de obra en conjunto emplean", explica el empresario.

"Lo que tiene de bueno nuestro sector es que es muy dinámico. Así como cae, crece muy rápidamente. Y está demostrado a nivel mundial que la industria de la construcción es el pilar de las economías. Cuando un Estado invierte un 1 por ciento de PBI en inversión en bienes de capital, el crecimiento de la economía que genera es de 4,2%", analiza Szczech

Según sostienen desde la Asociación de Empresarios de la Vivienda (AEV) presidida por Miguel Camps y la Cámara Empresaria de Desarrolladores Urbanos (CEDU), presidida por Damián Tabakman, el objetivo crucial de lograr la supervivencia de las empresas del sector en todo el territorio nacional parece encaminado. “Las disposiciones del gobierno nacional de ayudar pagando sueldos de empresas son bienvenidas. Ahora solo resta esperar si autorizan a retomar las obras, con las mejores condiciones de seguridad e higiene posible”. Así, explican, se pondrá en marcha un actor de la economía dinamizador que rápidamente escala y multiplica empleos, casi hasta duplicar la mano de obra empleada directamente.

"Hoy tenemos muchos problemas. Las obras privadas están paralizadas, salvo en algunos pocas provincias que en términos económicos no son representativas. Estamos trabajando bien con la ciudad de Buenos Aires, elaborando protocolos para el reinicio de las obras, que según nos dicen será en breve. Ojala sea esta la punta de lanza", asegura Tabakman.

"Somos uno de los sectores que forman parte de la solución, por el dinamismo económico que generamos, por las inversiones de mediano y largo plazo que atraemos y mano de obra que absorbemos", sostienen aquellos que tienen la postura más optimista.

No obstante ello, aseguran que al abrirse la actividad será necesaria la intervención del Estado en la determinación de asistencia crediticia tanto a usuarios finales que requieren financiamiento para adquirir su propia vivienda, como a los desarrolladores para impulsar las obras hasta lograr que la comercialización se ponga en marcha y se alcancen las ventas previstas para cada etapa.

 

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